El meta blaugrana sufrió quemaduras de primer y segundo grado en las dos manos al sujetar una plancha electrica caliente, para evitar que cayera sobre uno de sus hijos.
Por lo vistio su esposa, Loli, se encontraba planchando cuando de repente pasó por allí su hijo Aitor, de cuatro años, con la mala suerte que desequilibró la tabla. Busquets, al ver que podía caer la plancha sobre el niño, intentó cogerla con la mano derecha, pero no pudo retenerla porque se quemaba y se la pasó a la mano izquierda, que es la que tenía más dañada
- "Temí que la plancha cayera sobre la cabeza de mi hijo e intenté hacer todo lo posible para que no le pasara nada" explicaba a la prensa.
El meta se trasladó rápidamente a la clínica de Santa Fe (Parc Taulí) de Sabadell, la más cercana a Barberá del Vallés, que es donde residía y, allí se le practicaron las primeras curas. Dias más tarde se comenzó a filtrar en la prensa y en algunas noticias, que no había sido un accidente "casero" sino más bien un accidente de moto. Por lo visto habia derrapado y para evitar males mayores puso en el asfalto las manos produciendose esas quemaduras.
Lo malo de todo ello, es que ya en vacaciones Bussi había tenido un accidente de tráfico, mientras viajaba a Lyon, el coche que conducia derrapó a causa de la lluvia y dio unas vueltas de campana, aunque esta vez la suerte se alió con Carles y todos salieron ilesos
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