El Barça de balonmano no perdía un partido en casa desde el 2015, contra el Kielce en la Champions, pero este jueves, y 47 partidos después, los blaugrana han detenido el contador. También ante el Kielce, y también en la Champions, en un partido en el que la efectividad polaca y la gran actuación del portero Wolff han sido determinantes.
Una derrota que evita que el equipo blaugrana finalice esta primera vuelta de la fase de grupos como líder del grupo B, y cede este privilegio al conjunto entrenado por Talant Dujshebaev que, tras la victoria en el Palau (30-32), suma tres puntos más que el Barça (segundo clasificado, con 9 puntos).
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