El 28 de julio de 2010, la nueva Junta del FC Barcelona anunciaba que la
anterior había generado unas pérdidas de 77,1 millones en la última
temporada 2009/10, según la auditoría de Deloitte encargada por la nueva
junta directiva que lideraba Sandro Rosell. Solo hacía dos meses, que
el entonces tesorero Xavier Sala Martín anunciaba un beneficio neto de
11,1 millones.
El vicepresidente económico del club, Javier Faus, explicaba que esta
diferencia se debía a la existencia de nueve salvedades o incertidumbres
contables. Por todo ello, la deuda neta, sin activo corriente, del club
se sitúa en torno a los 442 millones de euros. La deuda bruta alcanza
los 552 millones
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