El 23 de mayo de 2000, se publicaba por parte de la Real Asociación Neerlandesa de Fútbol (KNVB) que durante el Mundial de Alemania'74, se temió que Jordi Cruyff (que apenas tenía cuatro meses) fuera secuestrado durante la celebración de dicho torneo. Por ello en una carta enviada a la Federación Alemana de Fútbol (DFB), la Federación Holandesa expresaba su preocupación ante la posibilidad de que su selección fuera objeto de acciones terroristas y, en particular, el hijo de Johan Cruyff fuera secuestrado. Cabe recordar que hacia apenas dos años de los JJOO Munich'72, y que el 5 de septiembre duranta las Olimpiadas, once atletas israelís fueron asesinados por un comando palestino (Septiembre Negro) y como Holanda defendia los intereses del estado de Israle, se temía que hubiera un nuevo atentado durante el Mundial. Es por ello que los holandeses rodearon a sus jugadores de un dispositivo de seguridad sin precedentes durante su estancia en la RFA
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