El 3 de noviembre de 2003, Joan Laporta, presidente del FC Barcelona,
presentaba una denuncia ante la Delegación del Gobierno después de que
hubieran aparecido junto a su domicilio particular una serie de
pintadas, firmadas por el grupo radical "Boixos Nois", en las que
incluso llegaban a amenazarle de muerte. Las inscripciones fueron
descubiertas a primera hora de la mañana y no era ni es la primera vez
que el citado grupo utiliza este recurso para amenazar al presidente
barcelonista, aunque hasta ese día, las inscripciones se habían
descubierto en los aledaños del Camp Nou. Las amenazas de los seguidores
radicales barcelonistas habian subido de tono, hasta el punto de
amenazarle de muerte a él y también a su familia. Las inscripciones
aparecieron en la fachada, en una tienda cercana e incluso en el
mobiliario urbano
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