El 15 de abril de 2001, durante el transcurso de la madrugada, el autocar de la expedición del Barça B, que regresaba a la Ciutat Comtal tras enfrentarse al CD Alzira, sufría una acción incívica, cuando al cruzar uno de los puentes del área del Mèdol, una enorme piedra (como un balón de baloncesto) impactaba en la luneta delantera, provocando una abertura del tamaño de una pelota de tenis. El proyectil impactó en el centro que "de haber dado en el lado derecho, el del chófer, no estaríamos aquí para contarlo", testificaba Antoni Alonso, delegado del conjunto blaugrana. El vehículo enderezó tras el impacto y se detuvo un kilómetro después para contactar con la policia y calmar los ánimos de los jovenes del filial
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