En verano de 1952, llegaron a Cantonigròs (Osona [Barcelona]), dos
jóvenes. Alquilaron el piso de cal Ferrer, que estaba en frente a la
plaza de la iglesia. El joven era rubio y se instaló con una joven. Era
su esposa, Anna Viola Daucik (hermana del entrenador del Barça, Fernando
Daucik) y sus dos hijos. Aquel joven era Ladislao Kubala. Los vecinos,
de la época, recuerdan a Kubala como un deportista de pies a cabeza
- "Siempre iba con el perro y el balón arriba y abajo con una habilidad
impresionante: Bajaba las escaleras del piso con el balón en la cabeza y
no la dejaba tocar el suelo".
Kubala era un hombre de poca conversación, participaba en entrenamientos
con el equipo del pueblo, pero nunca había querido jugar un partido de
verdad aunque los integrantes de la UE Cabrera le habían pedido que se
alineara en algún amistoso contra la UE Rupit-Pruit o del AE Corcó,
equipos de pueblos vecinos.
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