Tras la emisión, Catalunya Radio se vio colapsada su centralita de
llamadas de gente que quería mostrar su indignación. "Casualmente cambié
a Televisión Española y lo vi...", comenzaban algunos excusándose por
ver la televisión pública nacional. A la mañana siguiente, no se habló
de otra cosa en Catalunya. Hasta Alianza Popular (hoy el PP) pidió la
supresión del programa, alegando que "una cosa es el humor y otra el mal
gusto". El arzobispado de Barcelona también mostró su rechazo, al igual
que el FC Barcelonba que hizo público un comunicado mostrando su
disgusto por dicha emisión.
En el vestuario del Barça, inmerso en un sinfín de problemas por
entonces, levantó ampollas. Segun Mundo Deportivo, el sketch les dejaba
como una panda de "alelados, afeminados, peseteros y exentos de
cultura".
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