Cuando el equipo lo necesita, el Palau se convierte en una caldera que
presiona al rival, lo agobia y lo empequeñece. Muchos recordaremos la
primera Recopa de Europa ganada por el FC Barcelona en balonmano ante el
CSKA de Moscu, con un fly de Sagales en el último segundo. Pero no fue
ahi donde empezó la magía.
La "magía" comenzó un 30 de marzo de ese mismo año. Y fue en
semifinales, el Vikingur islandes nos había ganado en Reikiavik de 7
goles y la verdad es que la misión parecía imposible.
A los 10 min. el Barça solo ganaba 4-3, pero aqui surgió la magía y el
público empezo a animar como solo lo hace en los momentos claves. Y al
descanso se llegaba con 13-7. Solo a un gol de igualar la eliminatoria.
El sueño estaba cadaa vez más cerca. En el segundo tiempo el equipo
salió enchufado y en comunión con los aficionados y aunque solo pudieron
meter 9 goles, el Vikingur que parecía agarrotado... solo marcó 5
Aunque hay que aplaudir a todo el equipo, se debe hacer mención especial al portero del Barça: Juan Pedro De Miguel, paro todo lo que pudo y más... Por que paro hasta siete lanzamientos desde los siete metros (penaltis)
El Barça se clasificaba para la final de una forma que nadie soñaba,
ganando de 10 (22-12) y en la final aún habria otra remontada. Se
perderia en Moscu de 7 y se ganaria como he dicho en el último segundo
de 7. Gracias a que el Barça metió más goles en Moscu. Ese año nació la
"magía" en el Palau y que aún se hace visible en momentos cruciales
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