En el entrenamiento del 12 de julio de 2004, a Jimmy Jump (de verdadero
nombre Jaume Marquet) le salía un joven aprendiz. Un chaval de unos 12
años saltaba ese día por la tarde al césped de La Masia, donde la
plantilla blaugrana realizaba una sesión física, para lanzarle una
bandera catalana a Frank Rijkaard. El técnico, lejos de enfadarse, se
quedó perplejo ante este extraño gesto y avisó con la serenidad que le
caracteriza a los guardias de seguridad blaugrana que de inmediato
acompañaron al espontáneo hasta la salida de las instalaciones del Camp
Nou.
La anécdota no iría a más si no fuera porque, por la mañana, ese
espontáneo había segurado a algunos periodistas que era el sobrino de
"Jimmy Jump" y que la iba a 'armar' esa misma tarde y cumplió su palabra
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