El 20 de diciembre de 1997, el Barcelona jugaba contra el Atlético de
Madrid y los "Boixos" forzaron a la directiva (presidida por Josep Lluis
Núñez) a aceptar un minuto de silencio en el estadio en memoria del
fallecido, acompañado de una gran pancarta: "Sergio, los Boixos no te
olvidaremos".
El minuto de silencio lo interrumpieron gritos que bajaban desde de la
tercera gradería, antiguo territorio de los Boixos en su destierro.
Pertenecían a un grupúsculo todavía joven, "Sang Culé Cor Català", de
ideología izquierdista e independentista. Y el mensaje era claro: "Fuera
nazis del Camp Nou". Al shock inicial le siguió la furia de unos 100
boixos que, en cuestión de minutos, consiguieron llegar hasta el
territorio de "Sang Culé" y montar el caos en la grada y los vomitorios
del estadio.
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