Udo Lattek calificó de "monstruosa" la acusación de Schuster de que había acudido borracho a algunos entrenamientos. Tras aquel "Abrazo de Vergara", Lattek declaraba a la prensa:
- "En nuestra conversación con el presidente del Barcelona, Schuster tuvo que reconocer que no mantenía sus afirmaciones. Después se disculpó y yo acepté esas disculpas. En el pasado yo ayudé todo lo que pude a Schuster. Por ejemplo, tuve que mandar fuera a Simonsen, que ocupaba un puesto de segundo extranjero, a pesar de que Allan es muy querido en Barcelona".
Posiblemente Bernd Schuster tuviera razón, ya retirado reincidió con sus problemas de abuso de alcohol, que según quienes le conocían podrían arrancar de muchos años atrás, cuando la muerte prematura de su hijo Dirk, le cambió el carácter y le convirtió en un hombre amargado, autoritario y con tendencia a perder los nervios. Pero a veces uno no debe destrozar más a una persona rota por el dolor, pero la envidia entre Schuster y el nuevo idolo de la afición (Maradona) hizo el resto
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