El 1 de octubre de 2010, a pesar de marcar dos goles y tirar hasta 24 disparos entre los tres palos. La prensa madrileña decidía destacar en sus portadas que el equipo blaugrana se había impuesto al Dinamo de Kiev gracias al colegiado del partido y no por méritos propios.
El rotativo 'As' titulaba "El árbitro da impulso al Barça' y el subtítulo explicaba que 'anuló un gol al Dinamo de Kiev y perdonó un penalti y una roja a Valdés".
Por su parte, 'Marca' aseguraba que "esta vez al Barça le ayudó un árbitro extranjero".
Los dos periódicos obviaban, por supuesto, el clarísimo penalti del que fue objeto Andrés Iniesta en el minuto 14 de partido. La descarada manipulación de la información chocaba más aún si se tenía en cuenta que el conjunto blaugrana fue objeto en Málaga de uno de los peores arbitrajes que se recordaba, con el añadido del enorme atropello que había sufrido Tito Vilanova por parte del Comité de Competición. Estaba claro que se trataba de una campaña orquestada desde Madrid y el Madrid, que contaba con la connivencia de sus medios afines.
Y es que pese a que el Real Madrid se había gastado cerca de 300 millones de euros (fichando incluso a un árbitro en activo) con la única intención de intentar destronar a un Barça que reinaba la temporada anterior y con un 2-6 en el mismisimo Bernabéu. Su claca aún veía fantasmas y seguía restando méritos al poderoso fútbol blaugrana y se los adjudica a los árbitros. Del aireado 'Villarato' en España se había pasado al 'Platinato' en Europa.
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