En 1973 el FC Barcelona acabó fichando a Johan Cruyff por sesenta millones de pesetas y llevándoselo a Ciutat Comtal. El fracaso del fichaje por el Madrid, hizo que Santiago Bernabéu confesara que no lo había fichado porque "no le gustaba su jeta".
Entonces llegaron las "trabas" desde los despachos. A pesar de tener el fichaje cerrado, el Barça tuvo problemas para pagar el traspaso. En esa época, para importar cualquier producto del extranjero era necesario tener el permiso del Instituto de la Moneda Extranjero (IEME), una entidad que dependía del Ministerio de Comercio. Los jugadores de fútbol, sin embargo, no figuraban en la legislación, dado que durante muchos años la Liga había estado cerrada a los futbolistas extranjeros. Para pagar al Ajax por el traspaso de Cruyff y formalizar la operación, pues, el IEME debía expedir una autorización...
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