El 27 de noviembre de 1939, Manuel Bravo era elegido como miembro de la comisión gestora, capitán de la Guardia Civil y uno de los personajes más temedios en la Barcelona de la postguerra. No hay muchos datos sobre su trayectoria durante la Guerra Civil, estando destinado en Barcelona, fue condenado a muerte por un tribunal popular, estuvo encerrado en diversas prisiones y acabó fugándose del monasterio de Nostra Senyora de Collet en Girona para salir al encuentro de las tropas legionarias mandadas por Camilo Alonso Vega. Es verdad que le gustaba el fútbol, pero era del RCE Espanyol. Siempre acudía a Les Corts con una pistola dentro de la chaqueta. Este personaje nació en Madrid el 27 de enero de 1904. Seria condenado en 1944, con una sentencia de muerte, pero solo cumplio dos años y cuatro meses. Emigró a Grecia y apareció finalmente muerto en julio de 1973, supuestamente asesinado.
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