Nicolau Casaus era presidente de la Penya Solera en 1954, cuando la
policía recibió una denuncia que aseguraba que se había retirado el
retrato de Franco que presidía la entrada de la sede social de la peña.
Aunque la peña argumentó que el cuadro se había caído después de que un
socio diera un portazo, y que por eso su ausencia durante aquellos días,
las autoridades franquistas fueron inflexibles y ordenaron la expulsión
del estado español de Nicolau Casaus. Por suerte para Casaus la
intervención de Pep Samitier y de Jose Maria Cosio con grandes
influencias y amistades en Madrid, lograron que la sentencia cambiara de
expulsión de España con a de abandonar su cargo como Presidente, de una
de las primeras grandes penyas blaugranas, de la historia
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