Rafa Márquez era un enamorado de cocina catalana, y de los paseos por
l'Empordà que Alejandro Echevarría (cuñado de Joan Laporta), por
entonces directivo del FC Barcelona, le enseñó a disfrutar. Rafa
entendió cuando dejó el Barça que nunca más jugaría en un club de la
dimensión Blaugrana. Él fue de los primeros que llamó a "Tito" Vilanova
ofreciéndole su casa en Nueva York durante su tratamiento de lucha
contra el cáncer, en el Memorial Solan-Ketterin Cancer Center (a causa
de un cáncer de la glándula parótida). A día de hoy, aún parece que
tiene su casa abierta para los amigos, compañeros y técnicos que le
acompañaron durante su estancia en el equipo blaugrana.
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