Francesc Xavier Casals, fu el sucesor de Josep Suñol como presidente del
Barça, estuvo presente en la primera reunión directiva de postguerra.
De inmediato, fue depurado por sus antecedentes republicanos y
catalanistas y obligado a desvincularse totalmente del club. Aquel mismo
día, 22 de abril de 1939, Casals firmaba una declaración jurada en la
que manifestaba que nunca había disparado un tiro y que, mediado 1937,
se había dado de baja de ERC, "por no estar de acuerdo con su
colaboración con el comunismo y el anarquismo y por la convicción de que
era un suicidio colectivo la continuación de la guerra". Los argumentos
de Casals evidentemenre de nada sirvieron, ya que poco después ingresó
en prisión. Tanto miedo había en aquella época que, Montserrat Casals,
su propia nieta, no supo que su abuelo había sido presidente del Barça
durante la guerra hasta 1968, cuando ya tenía 16 años. En su casa, el
tema era tabú y tenían miedo de comentarlo
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