Que los jugadores tienen manias es algo habitual y un portero también.
La mania del portero alemán es que no deja que nadie toque sus guantes,
ni siquiera los utileros. Es más, si sospecha que alguien los tomó, o
incluso rozó, prefiere utilizar otro par, situación que le habría
ocurrido ya a pocos minutos antes de partidos. Si veis como el portero
realiza tal función antes del inicio del encuentro, seguro que es para
cumplir la tradicción. Esta anecdota la contó el propio Ter Stegen a
"L'esportiu":
- "Cuando alguien se pone mis guantes, ya no los uso más, es una estupidez que hago desde que tengo 14 años, y no sé por qué"
- "Cuando alguien se pone mis guantes, ya no los uso más, es una estupidez que hago desde que tengo 14 años, y no sé por qué"
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