Johan, como jugador, siempre destacó por su velocidad. Tanto física,
como mental. El cambio de ritmo y la visión previa de lo que iba a
pasar. En Wembley, en aquel embriagador minuto 111 en el que Ronald
Koeman acababa de marcar, mientras todos se dejaban llevar por la
euforia de estar acariciando la primera Copa de Europa del Barça, él
corrió a anular una sustitución que estaba a punto de producirse.
Devolvió a Nadal al banquillo y puso a "Talin" Alexanko a jugar, había
que defender aquel gol tan valioso. La sabiduría también estaba en esos
detalles.
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