El 21 de noviembre de 1980, tras tres partidos con su nuevo equipo y tres victórias. El alemán del Barcelona, Bernd Schuster convertido, era el nuevo ídolo de la afición blaugrana. Y, además contaba con la llamada de Alemania de Jupp Derwall para jugar nuevamente con la selección alemana. Todos estos eran motivos más que suficientes para llenar de alegría a un profesional. Sin embargo, parece que motivos extradeportivos habían podido pesar más en el teutón para agriarle un tanto el carácter.
Lo cierto es que después del entrenamiento en el Camp Nou salió casi "bufando" del vestuario, sin detenerse a hablar con nadie e inclúso despachando a toda prisa las peticiones de autógrafos de los pocos jóvenes que se habían concentrado a las puertas del estadio.
Cuando, los periodistas le preguntaron sobre cómo le había ido en Alemania, su respuesta fue un tanto enigmática.
- "Mejor que aqui"
Esto fue todo lo que se pudo obtener del jugador, a pesar de que insistieron con otras preguntas que se quedaron sin respuesta. Y es que Schuster, era uno de los jugadores que los problemas "familiares", casi siempre los extrapolaba a la vida profesional y ese caracter, posiblemente le impidió subir más en ese podium ficticio de los grandes jugadores
Lo cierto es que después del entrenamiento en el Camp Nou salió casi "bufando" del vestuario, sin detenerse a hablar con nadie e inclúso despachando a toda prisa las peticiones de autógrafos de los pocos jóvenes que se habían concentrado a las puertas del estadio.
Cuando, los periodistas le preguntaron sobre cómo le había ido en Alemania, su respuesta fue un tanto enigmática.
- "Mejor que aqui"
Esto fue todo lo que se pudo obtener del jugador, a pesar de que insistieron con otras preguntas que se quedaron sin respuesta. Y es que Schuster, era uno de los jugadores que los problemas "familiares", casi siempre los extrapolaba a la vida profesional y ese caracter, posiblemente le impidió subir más en ese podium ficticio de los grandes jugadores
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