El 15 de noviembre de 1969, el Palau Nacional de Montjuïc reunió 1500 personas y a un buen número de prohombres de Barcelona, entre ellos el alcalde Josep Maria Porcioles, en el homenaje que se le tributó al expresidente del FC Barcelona, Francesc Miró-Sans. El motivo del encuentro para halagarle, entre otros, fue agradecerle, especialmente la ciudad, el hecho de haber impulsado la construcción del Camp Nou, un recinto que había despegado a Barcelona dentro del panorama deportivo internacional. Doce años después de inaugurada la magna obra, altura gracias a la férrea voluntad de una junta que contó con la inestimable colaboración de la masa social de la entidad, Miró-Sans veía recompensados todos sus esfuerzos y preocupaciones. En este sentido se expresaron el exdirectivo Martí Cot, impulsor del homenaje y el presidente Narcís de Carreras, que le reconocieron su empuje y le agradecieron los servicios prestados al club.
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