Los directivos del Kaiserlautern habían puesto a disposición del Gerente del FC Barcelona, Anton Parera, un coche para que una vez finalizado el encuentro, para que se pudiera desplazar a Frankfurt, para desde alli coger un avión que le desplazaría a Ginebra y poder asistir al sorteo de la liguilla de la Copa de Europa, que se haría al día siguiente. El gol de Bakero, sin embargo les hizo cambiar la compostura. Una vez finalizado el encuentro Anton Parera, solicito ese vehiculo, la contestación de los alemanes fue que no había nada, y que si quería desplazarse a Frankfurt debería contratar los servicios de un taxista, dos formas de tratar a los directivos. Aqui en Barcelona a los directivos alemanes se les facilitó todas las atenciones necesarias para que estuvieran a gusto, pero la derrota sentó mal a los alemanes
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