El 23 de octubre de 1990, el entrenamiento matinal tenía una sorpresa. Florian Simion de 21 años era la gran novedad en la plantilla del filial blaugrana. El jugador que llevaba una semana en la Ciutat Comtal, de la mano del representante Josep María Minguella, esperaba saber si el club blaugrana le fichaba o no. La intención del Barça era ficharlo y cederlo a un equipo de la 2ªA, para que se fogueara, entres ellos estaba la UE Figueres. Pero todo dependía de la aprobación del "boss" de la sección de fútbol. El jugador vivía en aquellos días pendiente de esa llamada de confirmación de su fichaje por el club blaugrana. Anteriormente a su llegada al equipo blaugrana estuvo probando en el CF Malaga
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