El 22 de julio de 1988, Johan Cruyff, fse convertía en el flamante nuevo
entrenador del FC Barcelona, se puso manos a la obra en la presentación
del primer equipo en el Camp Nou. La presencia del holandés, así como
las numerosas caras nuevas que presentaba al equipo con respecto a la
temproada anterior, despertó el interés de la afición, que en número de
40.000 personas se dio cita en el coliseo barcelonista. Junto al
holandés y su equipo de colaboradores se presentaron también López
Rekarte, Salinas, Soler, Hierro, Serna, Bakero, Eusebio, Unzué, Valverde
y Begiristain. En los parlamentos, el presidente Núñez insistía,
después de los sucesos del pasado curso, refiriéndose especialmente al
Motín del Hesperia, que "sin unidad no habrá títulos". El Flaco, por su
parte, no pudo ser más claro: "Ahora empieza mi ley. El que se pase
pagará las consecuencias". El acto quedó deslucido por la expulsión del
escocés Archibald, con quien el club no contaba, pero que igualmente se
personó sobre el césped, vestido de calle, hasta que fue retirado del
mismo por los servicios de seguridad. Steve, uno de los héroes de la
Liga 1984/85, salía por la puerta trasera.
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