El partido suponía el reencuentro entre Maradona y Goikoetxea, el
jugador que le había provocado la lesión. La final estuvo rodeada de una
gran tensión, tanto en los días anteriores del encuentro, con cruce de
insultos, como durante el encuentro. Al final, ganó el Athletic por 1-0
(Endika), pero lo peor llegó al término del encuentro. Cuando el árbitro
pitó el final del partido, Maradona agredió al jugador del Athletic
Miguel Ángel Sola. Los jugadores de ambos equipos se trenzaron en una
batalla campal, con puñetazos y patadas incluidas, ante los ojos de
todos los espectadores y de las principales autoridades españolas que
estaban en el palco.
Tras el escándalo originado varios jugadores (de ambos equipos) fueron fuertemente sancionados: la Federación Española de Fútbol impuso a Maradona una sanción de tres meses sin poder jugar en las competiciones españolas.
Esa sanción que lo alejaba de los terrenos de juego españoles hasta diciembre de 1984, fue una de las razones que empujaron al presidente del FC Barcelona, Josep Lluís Núñez, a aceptar una oferta del Nápoles italiano para traspasar al argentino. También pesó el sentimiento de injusticia que tuvo Maradona ante la sanción, y su hartazgo respecto a los árbitros y las autoridades futbolísticas españolas.
Tras el escándalo originado varios jugadores (de ambos equipos) fueron fuertemente sancionados: la Federación Española de Fútbol impuso a Maradona una sanción de tres meses sin poder jugar en las competiciones españolas.
Esa sanción que lo alejaba de los terrenos de juego españoles hasta diciembre de 1984, fue una de las razones que empujaron al presidente del FC Barcelona, Josep Lluís Núñez, a aceptar una oferta del Nápoles italiano para traspasar al argentino. También pesó el sentimiento de injusticia que tuvo Maradona ante la sanción, y su hartazgo respecto a los árbitros y las autoridades futbolísticas españolas.
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