El 2 de julio de 1952, toda Barcelona salió a la calle para recibir a
los jugadores blaugrana que, tras su obtención de los máximos títulos
nacionales (Liga y Copa de España), cerró con broche de oro su temporada
oficial trayendo para España la primera Copa Latina en propiedad. La
acogida que también dispensaron a nuestros representantes en las
poblaciones del trayecto que recorrieron desde la frontera ya, en ese
triunfal viaje de regreso, fue asimismo entusiasta. En la ciudad de
Granollers (Valles Oriental), al apearse del tren, Kubala y Ramallets
fueron paseados en triunfo por ella. La estación estaba intransitable
por completo y, así, entre vítores y aplausos cariñosos en cada una de
las estaciones, los blaugrana llegaban a Barcelona. La nota más bella la
dieron, sin duda, los directivos y los jugadores blaugrana al ofrecer
el trofeo ganado con toda brillantez a la venerada imagen de la Virgen
de la Merced, la Patrona de Barcelona
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