El 11 de junio de 1975, Rinus Michels había invitado a la plantilla a
una comida de despedida y más conociendo el talante tan "explendido"
(como he explicado en otros posts) del entrenador. Todos sabian que el
entrenador holandés terminaba ese el contrato que le ligaba al FC
Barcelona. Y que sus sutituto para la próxima temporada sería Weisweller
quien ocuparía su puesto. Por eso sería no solo normal, sino humano,
que el hombre que durante cuatro años había dirigido los destinos del
club, quisiera reunirse con los que habían sido sus discípulos y
decirles adiós sentándolos a todos alrededor de una bien servida mesa.
Aunque lo raro es que Rinus Michels "invitara" esa cena, aunque no seria
raro que al final cada uno pagara su respectivos platos
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