Un decreto del 16 de febrero de 1939 había prohibido el uso público del
catalán, pero el impreso oficial del Club donde se escribieron los datos
técnicos del partido de reapertura de Les Corts era en este idioma.
Para salir del paso se puso un sello que especificaba que el documento
se había habilitado para ser utilizado en castellano. Curiosamente, en
el Libro de Caja del Club, que era manuscrito, el contable escribió en
catalán hasta el 28 de enero, dos días después de la ocupación de
Barcelona. Informado de su error, el día 31 el Barça ya llevaba las
cuentas en castellano.
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