Parafraseando el tango de Gardel, "veinte años no es nada" es lo que
debió pensar HH, a su vuelta al FC Barcelona y ser nuevamente casi
manteado por la afición cule. La temporada 1980/81 fue de todo menos
aburrida. Las expectativas iniciales se vieron frustradas de buen
comienzo para un arranque liguera poco lucida y una dolorosa eliminación
en la Copa de la UEFA en manos del Colonia el 5 de noviembre de 1980
(0-4 en el Camp nuevo).
Esta derrota provocó la destitución de Ladislao Kubala como técnico del Barça. La reacción llegó de la mano de dos revulsivos bien diferentes, el uno en el campo (Bernd Schuster, un portentoso centrocampista alemán de veinte años proveniente del mismo Colonia) y el otro en el banquillo (el inefable y locuaz técnico argentino Helenio
Herrera, todo un viejo conocido). HH había triunfado en el Barça como entrenador en el bienio 1958-60 y en el último tramo de la temporada 1979/80 había vuelto para clasificar el equipo para la Copa de la UEFA.
Ahora se hacía cargo del Barça por tercera vez y sin haber perdido un ápice de sus facultades psicológicas. Así, cuando se encontró a los vestuarios con sus hundidos jugadores lo primero que hizo fue escribir en una pizarra "seremos CAMPEONES". Pronto se vio que el Barça era otro equipo, como quedó patente en el primer partido de la nueva época, disputado el 9 de noviembre contra el líder Atlético de Madrid, un equipo que llevaba ocho puntos de ventaja. Sin embargo, el Barça logró una brillante victoria por 4-2. Los colchoneros, intratables hasta entonces en la Liga (siete victorias y dos empates) tuvieron que arrodillarse ante un equipo barcelonista transformado por la magia de HH y la excelente dirección de juego de Schuster
Ese día la euforia volvió al Camp Nou. Al terminar el partido, cientos de aficionados esperaron la salida de Helenio Herrera por la puerta principal de tribuna y lo cargaron a hombros. La misma escena que tuvo lugar en 1960 cuando el técnico argentino fue paseado por las Ramblas de Barcelona por sus incondicionales. Como había cantado Carlos Gardel en uno de sus celebres tangos, "veinte años no es nadaQue febril la mirada, errante en las sombras ...", la historía se repitía.
Aquella Liga no se ganó debido al secuestro de Quini (durant sume ausencia solo consiguio un punto) y el campeón fue la Real Sociedad, pero en la Copa de España, el Barça consiguió el título. Así, al cabo de dos decenios Helenio Herrera pudo levantar un trofeo con el equipo blaugrana.
Esta derrota provocó la destitución de Ladislao Kubala como técnico del Barça. La reacción llegó de la mano de dos revulsivos bien diferentes, el uno en el campo (Bernd Schuster, un portentoso centrocampista alemán de veinte años proveniente del mismo Colonia) y el otro en el banquillo (el inefable y locuaz técnico argentino Helenio
Herrera, todo un viejo conocido). HH había triunfado en el Barça como entrenador en el bienio 1958-60 y en el último tramo de la temporada 1979/80 había vuelto para clasificar el equipo para la Copa de la UEFA.
Ahora se hacía cargo del Barça por tercera vez y sin haber perdido un ápice de sus facultades psicológicas. Así, cuando se encontró a los vestuarios con sus hundidos jugadores lo primero que hizo fue escribir en una pizarra "seremos CAMPEONES". Pronto se vio que el Barça era otro equipo, como quedó patente en el primer partido de la nueva época, disputado el 9 de noviembre contra el líder Atlético de Madrid, un equipo que llevaba ocho puntos de ventaja. Sin embargo, el Barça logró una brillante victoria por 4-2. Los colchoneros, intratables hasta entonces en la Liga (siete victorias y dos empates) tuvieron que arrodillarse ante un equipo barcelonista transformado por la magia de HH y la excelente dirección de juego de Schuster
Ese día la euforia volvió al Camp Nou. Al terminar el partido, cientos de aficionados esperaron la salida de Helenio Herrera por la puerta principal de tribuna y lo cargaron a hombros. La misma escena que tuvo lugar en 1960 cuando el técnico argentino fue paseado por las Ramblas de Barcelona por sus incondicionales. Como había cantado Carlos Gardel en uno de sus celebres tangos, "veinte años no es nadaQue febril la mirada, errante en las sombras ...", la historía se repitía.
Aquella Liga no se ganó debido al secuestro de Quini (durant sume ausencia solo consiguio un punto) y el campeón fue la Real Sociedad, pero en la Copa de España, el Barça consiguió el título. Así, al cabo de dos decenios Helenio Herrera pudo levantar un trofeo con el equipo blaugrana.
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