El 1 de abril de 2006, Ronaldinho Gaúcho cumplió su palabra y dedicaba
un gol a Vanessa Islam, la niña sorda que había obtenio el martes
anterior la promesa del brasileño. La niña, de ocho años, pudo ver como
su ídolo, después de celebrar con sus compañeros el gol que marcaba de
penalti ante el Real Madrid, alzaba los brazos al cielo y le brindó el
tanto en el lenguaje de los signos. Finalmente hubo empate en el
"Clásico", aunque con la "autoexpulsión" de Roberto Carlos, hizo que con
10 jugadores el equipo blanco empatara. Posiblemente la ventaja que
contaba el equipo blaugrana 11 pts al segundo clasificado y pensando en
el partido de Lisboa de la Champions, no llegaran a sentir esa presión
del equipo blanco
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