El 14 de abril de 1979, los directivos, cuerpo técnico y jugadores
acompañados por el Presidente y otros dirigentes, así como el
secretario general del club vigués, se trasladaban esa tarde al
cementerio del Candeán para efectuar la ofrenda de un ramo de flores en
la sepultura del niño Cándido Lago, hermano del jugador céltico Carlos
Lago Iglesias, que había sido una de las víctima de la tragedia de
Benavente (Zamora). Fue un accidente de tráfico que costó la vida a 45
niños y 4 adultos al caer al rio Orbigo, cerca de Benavente y que
pertenecian al colegio Vista Alegre de Vigo. De esta manera el Barça se
sumaba al desconsuelo y al dolor que afligía a toda la ciudad y comarca
de Vigo. Posteriormente los jugadores y acompañantes volverían a su
"cuartel general", dando que Lucien Muller había dado permiso para que
sus jugadores pudieran dar una vuelta por los alrededores.
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