El 24 de febrero de 1981, el FC Barcelona conseguía clasificarse para la
final de Recopa de Europa pese a perder por 79-75. Pero los de Antoni
Serra, habían ganado la ida por 92-85. Y eso que en aquella Cibona de
Zagreb jugaba un jovencisimo Alekxandar Petrovic, que era el alma mater
del club yugoeslavo, antes de la llegada de su hermano (Drazen). El
partido entre ambos equipos fue el típico partido entre dos
"finalistas", demostrando porque ambos habían llegado tan lejos en la
competición europea. Solo la fortaleza del equipo blaugrana hizo que se
clasificara para la final de Roma, una de las claves estuvo en Jeff
Ruland, que cuajo una suberbía actuación: 28 pts, 13 rebotes y 2
tapones, superando incluso al base yugoeslavo Petrovic que anoto 22 pts.
Se jugo en un ambiente impresionante (3.500 espectadores) en las gradas
que no cesaron de animar al Cibona. Hubo una ovación de gala en la
presentación del ídolo local Kresimir Cosic
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