El 20 de noviembre de 2007, el club, en un ejercicio de legalidad y
trasparencia, aplicó la ley ante una de las irregularidades más
frecuentes y ante las que siempre se había hecho la vista gorda: la
reventa del abono de socio. La Comissió de Disciplina del FC Barcelona
quiso zanjar de raíz el problema abriendo expediente disciplinario a 68
socios de la entidad a los que se retuvo el abono por revenderlo en el
partido ante el Rangers, valedero para la liguilla de la Champions
League. Fue la primera vez que se actuó con semejante contundencia.
Antes ya se habían hecho algunas actuaciones y se habían llevado a cabo
suspensiones, pero en un número muy menor. A los 68 socios expedientados
se les retuvo el carnet por considerar el club que la falta cometida
era grave por ser una estafa al club y generar un problema de seguridad
por el que la UEFA ya había multado al FC Barcelona al mezclarse
aficionados en partidos considerados de alto riesgo.
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