El 11 de julio de 1968 Real Madrid y Barcelona disputaron la que tal vez
fue la final de Copa más polémica de las siete que ambos clubes han
jugado entre 1936 y 2015. El FC Barcelona ganó aquel partido con un gol
de Zunzunegi en propia puerta (al más puro estilo Spasic, pero con más
trascendencia). Había sido un partido disputadisimo, polémico (a Rigo,
se le pidio varios penaltis en el área blaugrana) y el público estaba
demasiado exaltado. Aún más cuando Zaldua que era el capitan debía
recoger la Copa de España de manos del mismisimo "Generalisimo".
Mientras subía hacia el palco, los espectadores "neutrales" que aquel
día habían ido al estadio estaban fuera de si y no pararon de
insultarle.
Zaldua escucho desde "perros catalanes", "extranjeros" y muchas otras lindezas de ese publico con tanto señorío como dice su himno. Sorprende los "extranjeros" porque estamos hablando de 1968 y por aquellos lo de, incluso algo tan básico como un estatut era una quimera. Zaldua estaba espantado y mientras subia, iba pensando: "que culpa tengoo yo, que soy navarro, para escuchar todos estos insultos". Pero claro, era el capitan del equipo y en aquellos momentos representaba al Barça y para ellos a Catalunya. Desde aquel día, Zaldua comenzo a querrer más a esta tierra
Mientras recibía el trofeo, el terreno de juego se cubrió de vidrio y plástico. La voz que adornaba el reportaje del NO-DO fue premonitoria. "Unos cuantos energúmenos arrojan botellas al campo. Si las cosas siguen así, habrá que poner rejas" (no fueron todos es verda, pero si la inmesa mayoría de los que fueron al Santiago Bernabeu). Nueve años después, en 1977, se pusieron.
Zaldua escucho desde "perros catalanes", "extranjeros" y muchas otras lindezas de ese publico con tanto señorío como dice su himno. Sorprende los "extranjeros" porque estamos hablando de 1968 y por aquellos lo de, incluso algo tan básico como un estatut era una quimera. Zaldua estaba espantado y mientras subia, iba pensando: "que culpa tengoo yo, que soy navarro, para escuchar todos estos insultos". Pero claro, era el capitan del equipo y en aquellos momentos representaba al Barça y para ellos a Catalunya. Desde aquel día, Zaldua comenzo a querrer más a esta tierra
Mientras recibía el trofeo, el terreno de juego se cubrió de vidrio y plástico. La voz que adornaba el reportaje del NO-DO fue premonitoria. "Unos cuantos energúmenos arrojan botellas al campo. Si las cosas siguen así, habrá que poner rejas" (no fueron todos es verda, pero si la inmesa mayoría de los que fueron al Santiago Bernabeu). Nueve años después, en 1977, se pusieron.
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