En 2012, la administración del FC Barcelona, del área social y otros
departamentos del club se sorprendieron cuando una inopinada cantidad de
socios apareció en el ordenador al empezar a preparar los dos actos
protocolarios anuales de entrega de insignias de 25 y 50 años. El grupo
de 25 años, es decir de socios dados de alta en 1987, tiempos realmente
difíciles tras la final de Sevilla, arrojaba sin embargo un colectivo de
unos 300 socios, más o menos dentro de lo que era la media de los
últimos años.
La sorpresa se produjo al extraer del censo el número de abona dos con 50 años exactos de antigüedad, es decir, inscritos durante el año 1962, que se elevaba a más de 700 sin que nadie, por ahora haya podido averiguar cuál fue la razón de un subidón como ese, imprevisto y tan singular
Sobre todo el enigma delos más de 700 de ese año 2012, y en teoría inscritos la tempora da siguiente a la derrota en la Copa de Europa, en la final de los palos de Berna ante el Benfica, porque lo lógico hubiera sido que por la buena temporada ese aumento se hubiera dado en 1961
La sorpresa se produjo al extraer del censo el número de abona dos con 50 años exactos de antigüedad, es decir, inscritos durante el año 1962, que se elevaba a más de 700 sin que nadie, por ahora haya podido averiguar cuál fue la razón de un subidón como ese, imprevisto y tan singular
Sobre todo el enigma delos más de 700 de ese año 2012, y en teoría inscritos la tempora da siguiente a la derrota en la Copa de Europa, en la final de los palos de Berna ante el Benfica, porque lo lógico hubiera sido que por la buena temporada ese aumento se hubiera dado en 1961
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