El 17 de junio de 1977, Johan Cruyff entraba a formar parte de la
historia en El Museo de Cera de Madame Tussaud como representante de un
deporte llamado fútbol. El museo situado en Laker Street, una de las
calles que hizo famoso a Sir Arthur Conan Doyle al ambientar en ella a
su héroe más famoso el dectetive Sherlock Holmes. Se da la
circunstancias que a pesar de que el fútbol nació en Inglaterra, el
museo solo contaba con la figuras de cera de tres futbolistas
internacionales: Keven Keegan (que aquel año había sido traspasado al SV
Hamburgo por 70 millones), Edson Arantes do Nascimiento ("Pele") y
Johan Cruyff, quedando fuera en aquella ocasión jugadores de la talla
mundial de Beckenbauer, Kubala, Di Stefano, Puskas, Nordhal..
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