El 14 de junio de 1925, se jugaba un amistoso entre el FC Barcelona y el
CE Jupiter en Les Corts. El partido era un Homenaje al Orfeo Catala,
por sus recientes éxitos cosechados en el extranjero. Aquel partido ya
estuvo antes de iniciarse el encuentro a punto de no disputarse. La
Dictadura de Miguel Primo de Rivera, desde su instauración intentaba
excluir todos los simbolos de la Sociedad Catalana.
Es por eso que en septiembre de 1923, ya fue publicado un decreto para la represión del separatismo a partir del cual se iniciaría el proceso de desmantelamiento de las instituciones públicas y privadas que integraban el catalanismo, entre ellas el Orfeo Catala y también en cierta manera se obligo a todos los efectos a considerar a todos las entidades que usaran el catala como "enemigas" de España. De este modo, el catalanismo, al igual que el obrerismo, tuvo que pasar a la clandestinidad durante el período dictatorial mientras Primo de Rivera intentaba construir un movimiento españolista en Catalunya encabezado por el general Emilio Barrera, su hombre fuerte en el Principado.
La Mancomunidad de Catalunya que inicialmente pasó a ser dirigida por un destacado anticatalanista, Alfons Sala, el conde de Egara, hasta 1925 en la que fue disuelta definitivamente. Y la represión del catalanismo llevada a cabo por la dictadura afectó a muchas instituciones de carácter diverso. Fueron clausurados un buen número de instituciones catalanistas, ya fueran ateneos, sociedades recreativas o asociaciones corales, a la vez que prohibió las manifestaciones en lengua catalana, en un claro intento de castellanizar la vida pública del país. Incluso la celebración de los Juegos Florales fue prohibida. Por ejemplo, el Orfeón Catalán y el Gracienc fueron clausurados en 1925 y las columnas de Puig i Cadafalch en Montjuïc demolidas en 1929. Y es evidente que se buscaba una excusa para hacer lo mismo con el equipo blaugrana
Es por eso que en septiembre de 1923, ya fue publicado un decreto para la represión del separatismo a partir del cual se iniciaría el proceso de desmantelamiento de las instituciones públicas y privadas que integraban el catalanismo, entre ellas el Orfeo Catala y también en cierta manera se obligo a todos los efectos a considerar a todos las entidades que usaran el catala como "enemigas" de España. De este modo, el catalanismo, al igual que el obrerismo, tuvo que pasar a la clandestinidad durante el período dictatorial mientras Primo de Rivera intentaba construir un movimiento españolista en Catalunya encabezado por el general Emilio Barrera, su hombre fuerte en el Principado.
La Mancomunidad de Catalunya que inicialmente pasó a ser dirigida por un destacado anticatalanista, Alfons Sala, el conde de Egara, hasta 1925 en la que fue disuelta definitivamente. Y la represión del catalanismo llevada a cabo por la dictadura afectó a muchas instituciones de carácter diverso. Fueron clausurados un buen número de instituciones catalanistas, ya fueran ateneos, sociedades recreativas o asociaciones corales, a la vez que prohibió las manifestaciones en lengua catalana, en un claro intento de castellanizar la vida pública del país. Incluso la celebración de los Juegos Florales fue prohibida. Por ejemplo, el Orfeón Catalán y el Gracienc fueron clausurados en 1925 y las columnas de Puig i Cadafalch en Montjuïc demolidas en 1929. Y es evidente que se buscaba una excusa para hacer lo mismo con el equipo blaugrana
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