A pesar de que el Barça había perdido los dos "grandes" (Liga y
Champions), el club habia ganado cuatro títulos (Copa de España,
Supercopa de Europa, Supercopa de España y Mundialito de cubs). La
fiesta tenía el guion perfecto, muy musical, con colorido, pirotecnia y
una majestuosa puesta en escena, técnicos, jugadores y la afición
celebró el último de los 14 trofeos cosechados en esos últimos cuatro
años. El único pero es el tercio de entrada que hubo en el Camp Nou y
solo unas 30.000 personas arroparon a los jugadores. No se llenó el
Estadio, es cierto, pero el barcelonismo volvió a demostrar ese amor por
su club. Pep Guardiola, que pisaba el césped del Camp Nou por última
vez como entrenador del FC Barcelona, declinó esta vez, dirigirse a su
afición. Carles Puyol, Xavi Hernández, Víctor Valdés y Andrés Iniesta
fueron los encargados de introducir en la fiesta con un pequeño
parlamento, el único que se ha pronunciado en toda la noche, aunque
muchos aficionados deseaban escuchar a todos, esta vez se optaba que
solo los capitanes agradecieran a la afición por estar siempre
apoyandolos
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