La hepatitis de Maradona empezó a ser como una novela por entregas. Que
si era una hepatitis virica, que si era la "C", la "B", la "A" que era parecida a la "B". El servicio médico (sino
recuerdo mal a cargo del Doctor Bestit) desde un principio evaluo que
el tiempo que estaria de baja sería de dos a tres meses.
El pesimismo volvio a anclarse en los corazones cules. Eso unido a que Latek estaba en la cuerda por sus malos resultados y se estaba intentando fichar a Menotti, pues fueron unas fiestas navideñas muy movidas
Maradona reapareciá el 12 de marzo de 1983, en el Camp Nou y ante el Real Betis
Barcelona: Urruti, Sánchez, Alexanko, Julio Alberto, Víctor (Quini), Carrasco, Schuster (Esteban), Pichi Alonso, Maradona, Marcos.
Betis: Esnaola, Diego, Gordillo, Canito, Alex, Ortega, Casado, Ramón, Parra, Cardeñosa (Romo), Barnes (Adolfo)
Goles: 1-0 Carrasco, 1-1 Parra
Aquella enfermedad, posiblemente fue el comienzo de una espiral autodestructiva que redujo el éxito de Maradona en la Liga. Mientras España vibraba con su fútbol e incluso el Santiago Bernabeu se rindió a su calidad pocos días más tarde, fuera del campo el Barcelona se dejó llevar en momentos por el delirio del jugador y su entorno. Maradona aportaba tantas cosas al equipo en el campo, que muchas de sus locuras e insensateces fuera de él eran perdonadas. Pronto, el castillo de naipes se vendría abajo, y la verdadera historia del genio de Villa Fiorito comenzaría a escribirse...
El pesimismo volvio a anclarse en los corazones cules. Eso unido a que Latek estaba en la cuerda por sus malos resultados y se estaba intentando fichar a Menotti, pues fueron unas fiestas navideñas muy movidas
Maradona reapareciá el 12 de marzo de 1983, en el Camp Nou y ante el Real Betis
Barcelona: Urruti, Sánchez, Alexanko, Julio Alberto, Víctor (Quini), Carrasco, Schuster (Esteban), Pichi Alonso, Maradona, Marcos.
Betis: Esnaola, Diego, Gordillo, Canito, Alex, Ortega, Casado, Ramón, Parra, Cardeñosa (Romo), Barnes (Adolfo)
Goles: 1-0 Carrasco, 1-1 Parra
Aquella enfermedad, posiblemente fue el comienzo de una espiral autodestructiva que redujo el éxito de Maradona en la Liga. Mientras España vibraba con su fútbol e incluso el Santiago Bernabeu se rindió a su calidad pocos días más tarde, fuera del campo el Barcelona se dejó llevar en momentos por el delirio del jugador y su entorno. Maradona aportaba tantas cosas al equipo en el campo, que muchas de sus locuras e insensateces fuera de él eran perdonadas. Pronto, el castillo de naipes se vendría abajo, y la verdadera historia del genio de Villa Fiorito comenzaría a escribirse...