La Tragedia de Superga es un accidente aéreo sucedido el 4 de mayo de 1949.
A las 17:05 de aquel día el FIAT G212 que llevaba a bordo el equipo entero del equipo italiano Torino se estrelló contra el murallón de terraplén posterior de la Basílica de Superga, en las afueras de Turín. El avión estaba trayendo de vuelta a casa al equipo después de un amistoso disputado en LIsboa contra el Benfica de Portugal para festejar la despedida del capitán del equipo lusitano Ferreira. En el accidente perdieron la vida todos los jugadores del Torino, considerada una de las formaciones más fuertes del mundo en aquel periodo, que había vencido cinco campeonatos consecutivos desde la temporada 1942-'43 hasta la 1948-'49 (los campeonatos 1943-'44 y 1944-'45 no fueron disputados a causa de la Segunda Guerra Mundial).
De los 11 jugadores de la selección italiana de ese período, 10 pertenecían al club. En el accidente perdieron la vida también los dirigentes del equipo y sus acompañantes, y tres de los mejores periodistas deportivos italianos: Renato Casalbore (fundador de Tuttosport), Renato Tosatti (Gazzetta del Popolo) y Luigi Cavallero (La Stampa). Para identificar los cuerpos fue llamado entre otros el director técnico de la Selección Azzurra de la década del '30 Vittorio Pozzo, que conocía muy bien a los jugadores del Torino.
El jugador Sauro Tomá que tenía el menisco lesionado, no formó parte de la delegación salvándose así milagrosamente del accidente. El impacto que tuvo la tragedia en Italia fue muy fuerte. El Torino fue proclamado campeón del torneo y los rivales presentaron, cuando les correspondía enfrentar al Torino, formaciones juveniles. El día del funeral casi un millón de personas fueron a la plaza principal de Torino para dar el último saludo a los campeones. El impacto fue tan grande que al año siguiente la selección italiana fue al Mundial de Brasil en barco. Sólo un jugador del aquel legendario equipo continúa vivo. E
s Sauro Tomà, que se perdió el viaje a Lisboa a causa de una lesión. La estrella húngara Ladislao Kubala, quién había sido invitado como estrella mediática al evento, se encontraría con su mujer e hijo en la capital portuguesa. Los 3 deberían haber volado en el avión que les llevaría a Italia, ya que por aquel entonces, Kubala jugaba en el Pro Patria italiano. Afortunadamente, el niño se puso mal, y tanto Kubala como su esposa, se quedaron en Lisboa para cuidar a su hijo, librándose así de la tragedia
A las 17:05 de aquel día el FIAT G212 que llevaba a bordo el equipo entero del equipo italiano Torino se estrelló contra el murallón de terraplén posterior de la Basílica de Superga, en las afueras de Turín. El avión estaba trayendo de vuelta a casa al equipo después de un amistoso disputado en LIsboa contra el Benfica de Portugal para festejar la despedida del capitán del equipo lusitano Ferreira. En el accidente perdieron la vida todos los jugadores del Torino, considerada una de las formaciones más fuertes del mundo en aquel periodo, que había vencido cinco campeonatos consecutivos desde la temporada 1942-'43 hasta la 1948-'49 (los campeonatos 1943-'44 y 1944-'45 no fueron disputados a causa de la Segunda Guerra Mundial).
De los 11 jugadores de la selección italiana de ese período, 10 pertenecían al club. En el accidente perdieron la vida también los dirigentes del equipo y sus acompañantes, y tres de los mejores periodistas deportivos italianos: Renato Casalbore (fundador de Tuttosport), Renato Tosatti (Gazzetta del Popolo) y Luigi Cavallero (La Stampa). Para identificar los cuerpos fue llamado entre otros el director técnico de la Selección Azzurra de la década del '30 Vittorio Pozzo, que conocía muy bien a los jugadores del Torino.
El jugador Sauro Tomá que tenía el menisco lesionado, no formó parte de la delegación salvándose así milagrosamente del accidente. El impacto que tuvo la tragedia en Italia fue muy fuerte. El Torino fue proclamado campeón del torneo y los rivales presentaron, cuando les correspondía enfrentar al Torino, formaciones juveniles. El día del funeral casi un millón de personas fueron a la plaza principal de Torino para dar el último saludo a los campeones. El impacto fue tan grande que al año siguiente la selección italiana fue al Mundial de Brasil en barco. Sólo un jugador del aquel legendario equipo continúa vivo. E
s Sauro Tomà, que se perdió el viaje a Lisboa a causa de una lesión. La estrella húngara Ladislao Kubala, quién había sido invitado como estrella mediática al evento, se encontraría con su mujer e hijo en la capital portuguesa. Los 3 deberían haber volado en el avión que les llevaría a Italia, ya que por aquel entonces, Kubala jugaba en el Pro Patria italiano. Afortunadamente, el niño se puso mal, y tanto Kubala como su esposa, se quedaron en Lisboa para cuidar a su hijo, librándose así de la tragedia
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