Orden Cronologico
Para hablar del caso Di Stefano, tendríamos que remontarnos hasta la temporada 1951/52. .En aquella temporada el Real Madrid cumplía sus Bodas de Oro y para celebrar el acontecimiento, el presidente Santiago Bernabéu concertó un trofeo triangular en el que el equipo jugaría con el IFK Norkoeping y el Millonarios de Bogotá. En el equipo colombiano jugaba entonces Di Stefano que marcó dos goles en la final al equipo anfitrión y maravilló con sus maneras de cracks desconocidas para el público madridista que llenaba el estadio. La sorpresa y la admiración por aquel espectacular jugador también afectó a Santiago Bernabéu que dio la orden inmediata de proceder a su fichaje.
Es necesario, para entender la magnitud del affaire, que nos traslademos a aquella época de postguerra, penuria económica y falta de ilusión. El Madrid no era ni de lejos lo que es hoy. El Barcelona había pasado por dificultades pero sin duda era uno de los equipos dominantes del Estado junto con el Athletic y el Atlético de Madrid. La distancia entre Barça y Madrid era realmente significativa a favor de los catalanes, mejor organizados, más propensos a la modernidad y con una situación de club jerárquicamente superior. Sólo un dato: el Madrid llevaba 20 años sin ganar la liga y no era nadie en el fútbol mundial o europeo.
El Barcelona a través de Pep Samitier ya había realizado profundos seguimientos del jugador y todos los informes eran muy favorables, viendo en él al crack mundial que junto con Kubala llevara al Barcelona a dominar el fútbol europeo durante mucho tiempo. Y su mejor organización deportiva hizo que rápidamente llegara a un acuerdo con el propietario de los derechos del jugador, el River Plate argentino, club con el que Di Stefano debutó el 15 de julio de 1945 (Huracán 2 -River Plate 1), con 19 años. River había cedido al jugador en 1949 a Millonarios de Bogotá (previamente lo cedió al Huracán una temporada en 1946), donde estuvo 3 años. Allí realizó su mejor fútbol en América disputando 249 partidos y marcando 267 goles (nada más y nada menos).
Tras el torneo de las bodas de oro del Madrid y ante el interés que Santiago Bernabéu había tomado en ficharle, los barcelonistas se apresuraron a cerrar legalmente el acuerdo con River. Y así fue. Todo estaba aparentemente bien atado.
Sin embargo aparecería la imagen de Bernabéu y el saberse respaldado por el poder político, hizo que el Madrid forzara un acuerdo con Millonarios para fichar al jugador a pesar de saber que éste objetivamente poco valor jurídico tendría al no ser este club colombiano propietario de sus derechos federativos.
Pero el hecho de que el fútbol colombiano no estuviera dentro de la FIFA y que el jugador consintiera en firmar también con el Madrid, fueron los argumentos más que suficientes para que el club presidido por Bernabeu pudiera reclamar con éxito ante la desgraciadamente famosa Delegación Nacional de Deportes (autoridad deportiva del régimen franquista, y que presidía el General Moscardó). Asímismo existía un argumento a favor del dirigente blanco de un gran peso político para obtener en propiedad al jugador: ver un club catalán ideológicamente apartado de la consigna política imperante y obligada, ya poderoso de por sí, con un crack mundial de la proyección y resonancia mundial de Di Stefano, junto con otros como Kubala, podría hacer del Barça el producto más exportable de un país con un régimen que luchaba por conseguir reconocimiento y prestigio internacional, y que defendía unos valores radicalmente opuestos a los que todo el mundo sabía que el barcelonismo ejemplificaba, está claro que no resultaría una visión agradable para la dictadura. Por ello se debía crear un equipo alrededor de este nuevo fenómeno del fútbol, y que ese equipo estuviera asentado en la capital del régimen, dirigido por un excombatiente de los nacionales, y que particpó en el frente de Catalunya y que no levantaria sospechas en cuanto a la bandera que esgrimiría y los valores que defendería, y todo ello con un apoyo mediático absoluto, y transformarlo en el reflejo amable y triunfador de un régimen político "sólido y justo", que además tuviera efectos alucinógenos sobre la desgraciada y castigada, por tantas calamidades, población española (el circo y el pan del Imperio Romano) utilizando el fútbol como droga social y estandarte de éxito y imagen de apertura, lo que acabaría por resultar una idea demasiado atractiva para las autoridades franquistas. Es una lectura política que debería estar alejada de lo que es la deportiva, pero que en el caso Di Stefano, desgraciadamente, puede explicar de manera clara su desafortunada resolución final.
Lo cierto es que nos encontramos que, en 1953, existía una duplicidad de contratos. Cuando en la primavera de 1953 aterrizó en el aeropuerto de Barcelona, nadie dudaba que Alfredo iba a vestir de blaugrana. De hecho, se cuenta que nada más bajar del avión, un periodista le inquirió: "Alfredo, ¿por quién has firmado?". El argentino contestó: "por mi amigo Samitier".
Las reclamaciones de Barça y Madrid en defensa de sus respectivos derechos sobre el jugador llegaron a la Delegación Nacional de Deportes. Mientras ésta "deliberaba" sobre la disputa, Di Stefano pudo jugar 3 amistosos con el Barça junto con su amigo del alma, el azulgrana Ladislao Kubala (Alfredo siempre le llamó "mi hermano" ).
El General Moscardó, representante de la autoridad deportiva de la época, falló de manera sorprendente y vergonzosamente ridícula que el jugador jugara en ambos clubes, alternando una temporada en uno y otra en otro.
El presidente azulgrana, Enric Martí, decepcionado por tal decisión, renunció con tristeza e impotencia a tal "resolución", y fustigado por un sinfín de presiones presentó su dimisión irrevocable, a cambio de que el Madrid pagara al Barça una compensación económica por los gastos originados en el fichaje frustrado de Di Stefano.
Y así se comenzaría a escribir la Historia, el Madrid comenzó su etapa más triunfal ganando la liga de la temporada 1953/54, y que ganaria en los siguientes 21 años hasta 15 trofeos de liga y eso ¡¡tras 21 años de sequía de títulos!!, a la que seguirían muchísimos trofeos más. Una Historia tantas veces distorsionada y que la intervención política se encargó de torcer para siempre. Un acto que el barcelonismo recuerda con tristeza y que llama "gran afrenta histórica"; y que el madridismo evoca con gozo para llamar "inicio del victimismo barcelonista".
Debemos recordar que hasta aquel año de 1953, España seguía siendo un pais que vivía casi encerrado en sus fronteras y que dos firmas una con la Santa Sede y otra con los USA, hicieron que España tuviera que aportar una abertura hacia Europa y hacia el Mundo y eso solo se podía hacer con un deporte rey en Europa y con equipo que duera fiel al regimen y ese no podía ser un equipo que estaba en la periferia ni tampoco que abogaba su catalanismo. Posiblemente se me acuse de victimismo, no me extraña. Pero me gustaria que mirasen que era el "Pacto de LIma" por el cual se reconocía que los clubs propietarios de los transfer, "cedian" a sus jugadores a los clubs colombianos y por lo tanto estos no eran sus propietarios. Pero parece ser que eso se ha borrado en la historia
Para hablar del caso Di Stefano, tendríamos que remontarnos hasta la temporada 1951/52. .En aquella temporada el Real Madrid cumplía sus Bodas de Oro y para celebrar el acontecimiento, el presidente Santiago Bernabéu concertó un trofeo triangular en el que el equipo jugaría con el IFK Norkoeping y el Millonarios de Bogotá. En el equipo colombiano jugaba entonces Di Stefano que marcó dos goles en la final al equipo anfitrión y maravilló con sus maneras de cracks desconocidas para el público madridista que llenaba el estadio. La sorpresa y la admiración por aquel espectacular jugador también afectó a Santiago Bernabéu que dio la orden inmediata de proceder a su fichaje.
Es necesario, para entender la magnitud del affaire, que nos traslademos a aquella época de postguerra, penuria económica y falta de ilusión. El Madrid no era ni de lejos lo que es hoy. El Barcelona había pasado por dificultades pero sin duda era uno de los equipos dominantes del Estado junto con el Athletic y el Atlético de Madrid. La distancia entre Barça y Madrid era realmente significativa a favor de los catalanes, mejor organizados, más propensos a la modernidad y con una situación de club jerárquicamente superior. Sólo un dato: el Madrid llevaba 20 años sin ganar la liga y no era nadie en el fútbol mundial o europeo.
El Barcelona a través de Pep Samitier ya había realizado profundos seguimientos del jugador y todos los informes eran muy favorables, viendo en él al crack mundial que junto con Kubala llevara al Barcelona a dominar el fútbol europeo durante mucho tiempo. Y su mejor organización deportiva hizo que rápidamente llegara a un acuerdo con el propietario de los derechos del jugador, el River Plate argentino, club con el que Di Stefano debutó el 15 de julio de 1945 (Huracán 2 -River Plate 1), con 19 años. River había cedido al jugador en 1949 a Millonarios de Bogotá (previamente lo cedió al Huracán una temporada en 1946), donde estuvo 3 años. Allí realizó su mejor fútbol en América disputando 249 partidos y marcando 267 goles (nada más y nada menos).
Tras el torneo de las bodas de oro del Madrid y ante el interés que Santiago Bernabéu había tomado en ficharle, los barcelonistas se apresuraron a cerrar legalmente el acuerdo con River. Y así fue. Todo estaba aparentemente bien atado.
Sin embargo aparecería la imagen de Bernabéu y el saberse respaldado por el poder político, hizo que el Madrid forzara un acuerdo con Millonarios para fichar al jugador a pesar de saber que éste objetivamente poco valor jurídico tendría al no ser este club colombiano propietario de sus derechos federativos.
Pero el hecho de que el fútbol colombiano no estuviera dentro de la FIFA y que el jugador consintiera en firmar también con el Madrid, fueron los argumentos más que suficientes para que el club presidido por Bernabeu pudiera reclamar con éxito ante la desgraciadamente famosa Delegación Nacional de Deportes (autoridad deportiva del régimen franquista, y que presidía el General Moscardó). Asímismo existía un argumento a favor del dirigente blanco de un gran peso político para obtener en propiedad al jugador: ver un club catalán ideológicamente apartado de la consigna política imperante y obligada, ya poderoso de por sí, con un crack mundial de la proyección y resonancia mundial de Di Stefano, junto con otros como Kubala, podría hacer del Barça el producto más exportable de un país con un régimen que luchaba por conseguir reconocimiento y prestigio internacional, y que defendía unos valores radicalmente opuestos a los que todo el mundo sabía que el barcelonismo ejemplificaba, está claro que no resultaría una visión agradable para la dictadura. Por ello se debía crear un equipo alrededor de este nuevo fenómeno del fútbol, y que ese equipo estuviera asentado en la capital del régimen, dirigido por un excombatiente de los nacionales, y que particpó en el frente de Catalunya y que no levantaria sospechas en cuanto a la bandera que esgrimiría y los valores que defendería, y todo ello con un apoyo mediático absoluto, y transformarlo en el reflejo amable y triunfador de un régimen político "sólido y justo", que además tuviera efectos alucinógenos sobre la desgraciada y castigada, por tantas calamidades, población española (el circo y el pan del Imperio Romano) utilizando el fútbol como droga social y estandarte de éxito y imagen de apertura, lo que acabaría por resultar una idea demasiado atractiva para las autoridades franquistas. Es una lectura política que debería estar alejada de lo que es la deportiva, pero que en el caso Di Stefano, desgraciadamente, puede explicar de manera clara su desafortunada resolución final.
Lo cierto es que nos encontramos que, en 1953, existía una duplicidad de contratos. Cuando en la primavera de 1953 aterrizó en el aeropuerto de Barcelona, nadie dudaba que Alfredo iba a vestir de blaugrana. De hecho, se cuenta que nada más bajar del avión, un periodista le inquirió: "Alfredo, ¿por quién has firmado?". El argentino contestó: "por mi amigo Samitier".
Las reclamaciones de Barça y Madrid en defensa de sus respectivos derechos sobre el jugador llegaron a la Delegación Nacional de Deportes. Mientras ésta "deliberaba" sobre la disputa, Di Stefano pudo jugar 3 amistosos con el Barça junto con su amigo del alma, el azulgrana Ladislao Kubala (Alfredo siempre le llamó "mi hermano" ).
El General Moscardó, representante de la autoridad deportiva de la época, falló de manera sorprendente y vergonzosamente ridícula que el jugador jugara en ambos clubes, alternando una temporada en uno y otra en otro.
El presidente azulgrana, Enric Martí, decepcionado por tal decisión, renunció con tristeza e impotencia a tal "resolución", y fustigado por un sinfín de presiones presentó su dimisión irrevocable, a cambio de que el Madrid pagara al Barça una compensación económica por los gastos originados en el fichaje frustrado de Di Stefano.
Y así se comenzaría a escribir la Historia, el Madrid comenzó su etapa más triunfal ganando la liga de la temporada 1953/54, y que ganaria en los siguientes 21 años hasta 15 trofeos de liga y eso ¡¡tras 21 años de sequía de títulos!!, a la que seguirían muchísimos trofeos más. Una Historia tantas veces distorsionada y que la intervención política se encargó de torcer para siempre. Un acto que el barcelonismo recuerda con tristeza y que llama "gran afrenta histórica"; y que el madridismo evoca con gozo para llamar "inicio del victimismo barcelonista".
Debemos recordar que hasta aquel año de 1953, España seguía siendo un pais que vivía casi encerrado en sus fronteras y que dos firmas una con la Santa Sede y otra con los USA, hicieron que España tuviera que aportar una abertura hacia Europa y hacia el Mundo y eso solo se podía hacer con un deporte rey en Europa y con equipo que duera fiel al regimen y ese no podía ser un equipo que estaba en la periferia ni tampoco que abogaba su catalanismo. Posiblemente se me acuse de victimismo, no me extraña. Pero me gustaria que mirasen que era el "Pacto de LIma" por el cual se reconocía que los clubs propietarios de los transfer, "cedian" a sus jugadores a los clubs colombianos y por lo tanto estos no eran sus propietarios. Pero parece ser que eso se ha borrado en la historia
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