El
Barça quería contratar a un paraguayo llamado Irala y la RFEF
(Federación Española de Fútbol) lo impidió alegando que había sido
internacional con su país, cuando jugadores con en esta misma condición
abundaban en otros clubes. El Barça mandó entonces a Miquel Roca i
Junyent a Sudamérica para hacer un informe sobre los falsos «oriundos»
que llenaban el fútbol español.
Fue en el año 1973, cuando Miquel Roca fue contratado por la directiva
azulgrana, que presidía el convergente Agustí Montal, para elaborar un
informe sobre la situación de los oriundos, a raíz de que la RFEF
(Federación Española de Fútbol) negaba como tal la inscripción de Juan
Carlos Heredia. Roca, que trabajó junto a Joan Piqué Vidal, viajó a
Buenos Aires y denunció la situación irregular de numerosos oriundos que
jugaban en España. Aquel informe provocó la apertura a los futbolistas
extranjeros.
El "informe Roca" fue una autentica bomba de relojeria: de los 60 oriundos que jugaban en España, 46 lo hacían con documentación burdamente falsificada, a razón de 1.000 $ por jugador. Cuando se supo la existencia de este informe, la burocracia futbolística se puso a temblar, especialmente el falangista catalán Joan Gich, colocado por otro falangista catalán, Juan Antonio Samaranch, de Delegado Nacional de Deportes, y Gich, a instancias del Gobierno de Franco al que pertenecía, inició tremendas presiones sobre Carabén, para que el Barça, "ese club político", no revelara las estafas de la RFEF (Federación Española de Fútbol). Directivos del propio Barça, hombres de Gich y miembros de la burguesía catalana franquista como Ignasi Berenguer, Manuel Grau y Antoni Portabella fueron los que lanzaron la denuncia de que el Barça era un "club político", y su acción continuó contra el candidato catalanista Agustí Montal, montando la candidatura de un tal Casacuberta, hostil, por orden de Gich, al fichaje de Johan Cruyff. Al final las fronteras se abririan a los jugadores foraneos y el Barça ficharia a Cruiff y Sotil... Ganaría aquella liga, la del 0 - 5 Este caso es remarcable por que cuando se preguntaron a algunos de aquellos oriundos, muchos tenían abuelos o padres nacidos en Celta u Osasuna...
El "informe Roca" fue una autentica bomba de relojeria: de los 60 oriundos que jugaban en España, 46 lo hacían con documentación burdamente falsificada, a razón de 1.000 $ por jugador. Cuando se supo la existencia de este informe, la burocracia futbolística se puso a temblar, especialmente el falangista catalán Joan Gich, colocado por otro falangista catalán, Juan Antonio Samaranch, de Delegado Nacional de Deportes, y Gich, a instancias del Gobierno de Franco al que pertenecía, inició tremendas presiones sobre Carabén, para que el Barça, "ese club político", no revelara las estafas de la RFEF (Federación Española de Fútbol). Directivos del propio Barça, hombres de Gich y miembros de la burguesía catalana franquista como Ignasi Berenguer, Manuel Grau y Antoni Portabella fueron los que lanzaron la denuncia de que el Barça era un "club político", y su acción continuó contra el candidato catalanista Agustí Montal, montando la candidatura de un tal Casacuberta, hostil, por orden de Gich, al fichaje de Johan Cruyff. Al final las fronteras se abririan a los jugadores foraneos y el Barça ficharia a Cruiff y Sotil... Ganaría aquella liga, la del 0 - 5 Este caso es remarcable por que cuando se preguntaron a algunos de aquellos oriundos, muchos tenían abuelos o padres nacidos en Celta u Osasuna...
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada