Para añadir más dramatismo al suicidio de Robert Enke, 10 de noviembre de 2009, añadía más dolor a su entorno. Se supo que su padre, Dirk Enke, era psicólogo deportivo, pero no podía tratar a su hijo oficialmente debido a su relación de parentesco. Por su calidad futbolística, Robert siempre había destacado en las categorías inferiores y era convocado para jugar con chavales de más edad. El joven guardameta sufría entonces “porque estaba aterrado de no ser capaz de estar a la altura de los más mayores", explicaba su padre en una entrevista concedida a la revista 'Spiegel'.
- "No creía en sí mismo. Estaba atrapado en su propia ambición". Robert Enke intentó mantener en secreto sus problemas psicológicos por miedo a truncar su carrera. "En las fases más críticas, Robert tenía miedo del balón cuando le chutaban, explica su padre. "Tenía ataques, no quería entrenar, no se imaginaba bajo los palos. Me preguntaba si me enfadaría si dejaba el fútbol y le decía: Robert, esto no es lo más importante, por Dios".
La derrota en la Copa de España, donde fue señalado como culpable y una mala experiencia en el Fenerbahçe SK, no ayudaron. Aunque parecio resucitar en el CD Tenerife y su vuelta a la Bundesliga al Hannover’96 donde se asentó como titular e incluso llegó a hacerse con un puesto en la selección alemana. Pero la muerte de su hija Laura, lo acabo de hundir